A Peruvian & a Spaniard walking through Central America bump
into the Sandinistas & spend time in their
camps, 1927 & 1931
|| Un
peruano y un español caminando a través de Centroamérica
encontrarse con los sandinistas y pasan tiempo
en sus campos (1927 y 1931)
NOTE:
This essay, with the accompanying
documents, was featured in Revista
de Temas Nicaragüenses No. 83
(March 2015), accessible online here:
www.temasnicas.net/rtn83.pdf,
under the title "Dos caminantes
continentales, dos encuentros con el
General Sandino, y las dinámicas de
rebelión y contrainsurgencia (1927 y
1931)".
I thank José Mejía Lacayo for his help
with the translation, and Yolanda Mas
Rivas, a descendent of Ramiro Mollá
Sanz, for kindly providing the
photograph of her ancestor, pasted onto
his "Libro de Comparaciones".
NOTA: Este ensayo,
con los documentos que lo acompañan,
apareció en la Revista de Temas
Nicaragüenses Nº 83 (marzo de
2015), disponible en línea aquí:
www.temasnicas.net/rtn83.pdf,
bajo el título, "Dos caminantes
continentales, dos encuentros con el
General Sandino, y las dinámicas de
rebelión y contrainsurgencia (1927 y
1931)". Doy
las gracias a José Mejía Lacayo por su
ayuda con la traducción, y a Yolanda Mas
Rivas, un descendiente de Ramiro Mollá
Sanz, para la amabilidad de proporcionar
la fotografía de su antecesor, pegado en
su "Libro de Comparaciones".
|
In 1929, the young Peruvian
Augusto Flores published a book titled
My Hike, recounting his adventure
walking from Buenos Aires to New York City.
As his book tells it, in November 1927 Flores
walked north along the coast of the Gulf of
Nicoya in Costa Rica until entering Nicaragua,
where it felt like he was entering “some
tremendous armed camp. The whole country
was up in arms. The Nationalist party,
headed by Chamorro, was fighting with bands of
revolutionists, among whom was the dashing young
rebel chief, Sandino.”
||
En 1929, el joven peruano Augusto Flores
publicó un libro titulado Mi Hike, narrando su
aventura a pie desde Buenos Aires a la ciudad de
Nueva York. Como su libro dice que, en noviembre
1927 Flores caminó hacia el norte a lo largo de
la costa del Golfo de Nicoya en Costa Rica hasta
entrar en Nicaragua, donde se sentía como si
estuviera entrando “en un campo de batalla. El
país casi entero estaba en armas. El partido
nacional, encabezado por el gran Chamorro,
peleaba contra los revolucionarios, entre los
que estaban el joven y atrevido jefe Sandino.”
Flores walked north
along the western shore of Lake
Nicaragua, was detained briefly by the police in
Rivas and Granada, continued northwest through
Masaya, Managua, Chinandega, and then turned
east and north into Las Segovias. Before
reaching Honduras, he recalled, “I was overtaken
by three men on horseback who drew up beside me
and looked at me suspiciously.” The men,
it turns out, were partisans of the outlaw rebel
General Sandino. Covering Flores’ eyes
with a hankerchief, they escorted him to
Sandino’s camp somewhere deep in the interior.
“The bandage was lifted from my eyes, and when I
got through blinking and squinting, I saw that I
was in a small encampment in a clearing in the
forest. . . . I was led up to a young-looking
man,” who turned out to be General Sandino.
It was mid-December 1927, and they were probably
in Sandino’s “mountain fortress” of El Chipote.
Flores and Sandino spoke at some length and
shared a meal along with Sandino’s “30 or 40
men” in the camp. The young Peruvian
stayed overnight, showed Sandino and his men his
“libro de records,” and the next day
continued north on his walking journey.
||
Flores se dirigió al norte
a lo largo de la orilla occidental del lago de
Nicaragua, fue detenido brevemente por la
policía en Rivas y Granada, continuó al noroeste
a través de Masaya, Managua, Chinandega, y luego
giró hacia el este y hacia el norte en Las
Segovias. Antes de llegar a Honduras, recordó,
“me alcanzaron tres jinetes que se acercaron
mucho, creyéndome sospechoso.” Resulta que los
hombres eran partidarios de los rebeldes fuera
de la ley general Sandino. Cubrieron los ojos de
Flores con un pañuelo, lo escoltaron hasta el
campamento de Sandino en algún lugar profundo en
el interior. “Me desvendaron los ojos y después
de abrirlos y cerrarlos muchas veces, me
acostumbré a la luz, y vi que estaba en un campo
pequeño en el claro de un bosque. . . . Me
llevaron hacia un joven que estaba parado,” que
resultó ser el general Sandino. Fue a mediados
de diciembre de 1927, y fueron probablemente en
la "fortaleza de la montaña" de Sandino, El
Chipote. Flores y Sandino hablaron por un buen
rato y compartieron una comida junto con “como
cuarenta o cincuenta hombres” de Sandino en el
campamento. La joven peruano pasó la noche allí,
mostró a Sandino y sus hombres su “libro de
records,” y al día siguiente continuó hacia el
norte en su viaje a pie.
A
Spanish-language edition of Flores’ book
was published in 1931 in Barcelona,
under the title De Buenos Aires a Nueva York
a pie. On March 7, 1931, the Madrid
magazine Estampa published a two-page
cover story, “Un día en el campamento del
General Sandino,” based on Flores’ book.
The Estampa article was accompanied by
seven photographs, including a facsimile of a
letter from Sandino to Flores dated 3 March
1930. The magazine's cover and two-page
story are reproduced in high-resolution scans
and transcribed below (JPEG files approx. 13 MB
each). I thank New York City
photojournalist Scott Brennan for bringing this
article in Estampa to my attention, and
for emailing me a high-resolution scan from a
copy he found and purchased in a used bookstore
in Bogotá, Colombia, in 2010. To my
knowledge, before Mr. Brennan’s serendipitous
discovery, this article had been, for all
practical purposes, lost to history:
||
Una edición en español del libro de
Flores fue publicado en 1931 en
Barcelona, con el título De Buenos Aires a Nueva
York a pie. El 7 de marzo de 1931, la revista
Estampa de Madrid publicó un artículo de portada
de dos páginas, “Un día en el campamento del
General Sandino,” basado en el libro de Flores.
El artículo en Estampa estaba acompañado por
siete fotografías, incluyendo un facsímil de una
carta de Sandino a Flores de fecha 3 de marzo de
1930. Doy las gracias al periodista
fotográfico Scott Brennan de New York por traer
este artículo en Estampa a mi atención,
y para enviar una escaneado de alta resolución
de una copia que encontró y compró en una
librería en Bogotá, Colombia, en 2010. A mi
mejor saber, antes del descubrimiento fortuito
del señor Brennan, este artículo había sido,
para todos propósitos prácticos, perdido en la
historia:
Estampa, año 4, núm.
165, 7 Marzo 1931, Madrid
|
In May 1931,
two months after this Estampa article
appeared, the US Office of Naval Intelligence
and the Guardia Nacional de Nicaragua reported
on a 46 year-old Spanish adventurer and writer
named Ramiro Mollá Sanz who was on a walking
journey from New York City to Buenos Aires and
who claimed to be preparing a book on Sandino.
According to the US Office of Naval
Intelligence, based on a May 1931 interview with
Mollá Sanz, the native of Valencia, Spain
departed New York “en diciembre” and entered
Nicaragua in February or March 1931, taking the
road from Danlí, Honduras to Las Manos and
thence to Ocotal. A group of Sandinistas
under General Francisco Estrada then escorted
him to Sandino’s camp deep in the interior near
the headwaters of the Río Cuá, where he – like
Augusto Flores some 40 months earlier – spoke at
length with Sandino and had many of Sandino’s
men sign his book of autographs. Mollá
Sanz reportedly spent two and a half days in
Sandino’s camp (April 10-12) before continuing
his journey, though he did not continue straight
south. Instead he went east down the Río
Coco to Cabo Gracias a Dios, north to Caratasca,
Honduras, west along the Honduran north coast,
and south once more to Tegucigalpa – in effect
making a big circle from Tegucigalpa and back
again.
|| En mayo
de 1931, dos meses después de que
apareciera el artículo en Estampa, la
Oficina de Inteligencia Naval y la Guardia
Nacional de Nicaragua informó sobre un
aventurero y escritor español llamado Ramiro
Mollá Sanz, de 46 años de edad, que iba en un
viaje a pie de la ciudad de Nueva York a Buenos
Aires y que afirmó estar preparando un libro
sobre Sandino. De acuerdo con la Oficina de
Inteligencia Naval, basado en una entrevista de
mayo 1931 con Mollá Sanz, el nativo de Valencia,
España partió de Nueva York “en diciembre” y
entró en Nicaragua en febrero o marzo de 1931,
tomando la carretera de Danlí, Honduras a Las
Manos y de allí a Ocotal. Un grupo de
sandinistas al mando del general Francisco
Estrada lo escoltaron hasta el campamento de
Sandino, profundo en el interior cerca de las
cabeceras del Río Cúa, donde – como Augusto
Flores unos 40 meses antes – habló largamente
con Sandino y consiguió que muchos de los
hombres de Sandino firmaran su libro de
autógrafos. Mollá Sanz, según el informe, pasó
dos días y medio en el campamento de Sandino
(abril 10-12) antes de continuar su viaje,
aunque que no continuó al sur en línea recta. En
su lugar, fue hacia el este por el Río Coco a
Cabo Gracias a Dios con la approbación de
Sandino y la ayuda de los indios miskitus y sus
pipantes, al norte de Caratasca, Honduras, al
oeste a lo largo de la costa norte de Honduras,
y al sur una vez más para Tegucigalpa – en
efecto haciendo un gran círculo de Tegucigalpa y
de regreso.
This page brings
together these two curious and forgotten
episodes.
At one level, they are notable events in
themselves and deserve to be rescued from
historical oblivion. At another level,
these two encounters offer readers an
interpretive challenge, suggesting some of the
ways that the political and military landscape
had changed in Nicaragua, for both the
Sandinistas and the Marines and Guardia, the
40-some months between Flores’ encounter in
December 1927 and Mollá Sanz’s encounter in
February 1931.
||
Esta página web se reúne estos dos
episodios curiosos y olvidados, por dos razones
principales. En un nivel, que son episodios
notables en sí mismos y merecen ser rescatados
del olvido histórico. En otro nivel, estos dos
encuentros ofrecen a los lectores un reto
interpretativo, lo que sugiere algunas de las
formas en que el panorama político y militar
había cambiado en Nicaragua, tanto para los
sandinistas y los Marines y Guardia, en los 39
meses entre el encuentro de Flores en diciembre
1927 y el encuentro de Mollá Sanz en febrero de
1931.
In what follows,
I first present the evidence concerning both
episodes, starting with the relevant excerpts
from Flores’s book and the Estampa
article, and
then moving to the US and Guardia evidence on
Ramiro Mollá Sanz. I then offer
interpretive comments on the main differences
between these two episodes, and suggest some of
the ways that they show how the
political-military context had changed in
Nicaragua, and for Sandino and his rebellion,
from December 1927 to March 1931. I
thank José Mejía Lacayo, editor of
Revista de Temas Nicaragüenses, for
alerting me to the existence of Flores' book and
saving me from the grievous error of speculating
that Augusto Flores and Ramiro Mollá Sanz were
one & the same person.
||
En lo que sigue, primero presento las
pruebas relativas a los dos episodios,
comenzando con los extractos pertinentes del
libro de Flores y el artículo en Estampa,
y luego pasar a la evidencia militar
norteamericana y de la Guardia Nacional sobre
Ramiro Mollá Sanz. Luego ofrezco comentarios
interpretativos sobre las diferencias
principales entre estos dos episodios, y sugiero
algunas de las formas que muestran cómo el
contexto político-militar había cambiado en
Nicaragua, y por Sandino y su rebelión, desde
diciembre de 1927 a marzo de 1931.
Agradezco a José Mejía Lacayo, editor de
Revista de Temas Nicaragüenses, por darme
cuenta a la existencia de libro de Flores y
salvarme de la grave error de especular que
Augusto Flores and Ramiro Mollá Sanz fuesen la
misma persona.
Above: Map of the routes of Augusto
Flores in late 1927 and Ramiro Mollá Sanz in
early 1931.
||
Arriba: Mapa de las rutas de Augusto
Flores a finales de 1927 y de Ramiro Mollá Sanz
a principios de 1931.
Episode 1: Augusto Flores Spends a
Day in the Camp of Sandino, December 1927
Episodio 1: Augusto Flores pasa un
día en el Campamento de Sandino, diciembre de
1927
We begin
with two short chapters from Augusto Flores’
1931 book describing his entrance into Nicaragua
and his encounter with General Sandino. It
was from this narrative and an interview with
Flores that the Estampa article was
produced. Curiously, the book first
appeared in English as My Hike in 1929
(G. P. Putnam's Sons & the Knickerbocker Press)
and in Spanish two years later.
||
Comenzamos con
dos capítulos cortos del libro de 1931 de
Augusto Flores que describe su entrada a
Nicaragua y su encuentro con el General Sandino.
Fue a partir de esta narrativa y una entrevista
con Flores que se produjo el artículo en
Estampa. Curiosamente, el libro apareció
por primera vez en Inglés como My Hike
en 1929 (de G. P. Putnam Sons & Knickerbocker
Press) y en español dos años más tarde.
Extractos de Augusto Flores,
De Buenos Aires a Nueva York a pie
(Barcelona, 1931).
CAPITULO XV. EN PLENA REVOLUCIÓN.
Voy viajando hacia el Oeste ahora. El 28
de octubre [de 1927] llegué a San José,
la capital de Costa Rica.
Allí me dieron una espléndida recepción
los oficiales de los clubs de deportes y
las autoridades de la ciudad. Me quedé
aquí cinco días, y cuando salí, mis
nuevos amigos me acompañaron hasta
cuatro o cinco kilómetros, cantando muy
alegres y deseándome un buen viaje.
En mi camino por la costa del Pacífico
yo había cruzado ríos llenos de
lagartos; y a lo largo de la costa Norte
del lago de Nicoya volví a encontrar
corrían a meterse en el agua. No son muy
peligrosos en tierra firme porque sus
movimientos son torpes y no pueden
atacar fácilmente; pero en el agua es
donde están en su campo de acción. Yo
tenía que cruzar grandes ríos a nado
porque era el único modo de llegar a la
otra orilla, y cuando lo hacía era
encomendándome a Dios con todas las
fuerzas de mi espíritu, porque entonces
prácticamente me entregaba a los
lagartos.
En la frontera de Nicaragua pasé una
noche en la choza de un mozo. Fue muy
bondadoso conmigo y me dió una magnífica
cena de tortillas y frijoles. Las
tortillas son hechas de maíz cocido y
parecen pancakes. Pero con todo y la
buena cena y tal vez por ella, no pude
dormir. De las montañas me llegaban el
dolorido ladrar de coyotes o lobos, y no
sé porque en vez de darme miedo me
pusieron triste. Me sentí solo y sentí
más intensamente que nunca la
desaparición eterna de dos de mis
compañeros y la temporal de los otros
dos. Todos los puntos trágicos de mi
viaje, hasta la muerte de los dos
perros, se reflejó vivamente en mi
memoria en aquella noche de insomnio.
Hasta la madrugada no pude dormitar y
cuando desperté los rayos de un sol
alegre y brillante borraron los
recuerdos de lo que ahora ya me parecía
una pesadilla.
Al entrar en Nicaragua creí entrar en un
campo de batalla. El país casi entero
estaba en armas. El partido nacional,
encabezado por el gran Chamorro, peleaba
contra los revolucionarios, entre los
que estaban el joven y atrevido jefe
Sandino. Este Sandino tiene especial
aversión por los norteamericanos porque
dice que son intrusos y que él no
permitirá nunca la invasión americana en
su país. Sandino atacaba a los soldados
marinos americanos dónde y cómo podía.
Pero los marinos estaban allí
protegiendo la propiedad de los
norteamericanos residentes; y el mismo
Sandino antes trabajo en la propiedad de
uno de ellos.
Este joven jefe Sandino se había hecho
en las montañas sus campamentos,
considerándolos como su república. En el
mes de junio pasado vino de su república
a tratar de capturar la mina donde antes
había trabajado. Atacó un destacamento
que vino a proteger la mina, trabándose
entonces una lucha casi desigual, pues
los marinos yanquis estaban armados
formidablemente y disponían de infinidad
de aeroplanos, teniendo entonces que
huir los sandinistas.
Después de esto, la lucha de guerrillas
quedó establecida.
En todas las aldeas por donde pasé se
oían gritos de ‘Viva Chamorro’. Por todo
el camino pasaban jinetes gritando y
levantando nubes de polvo. Todos me
miraban y no sé por qué, pues mi
sospecha era que me observaban un poco
más de lo necesario. Llegué a un rancho
donde había numerosos hombres hablando y
bebiendo. Tan pronto como me vieron
vinieron hacia mi, me cogieron por los
hombros y empezaron a empujarme de aquí
para allá. Unos del grupo sacaron sus
revólveres y dijeron que debían matarme.
Yo no entendía nada de lo que pasaba. Se
enfurecían por momentos y uno de ellos
me lanzó una bofetada que, sin embargo,
yo pude evadir. Dos de ellos me cogieron
de los brazos y el resto se retiró a
deliberar sobre mi suerte.
Y en este momento, como mandaba por
Dios, una pareja de policías montados
llego y preguntó lo que pasaba. Mis
valientes opresores me soltaron y
comenzaron a tartamudear. Uno de los
policías, volviéndose a mi, dijo:
Usted no parece revolucionario, ¿Quién
es usted?
Yo le dije quién era, y haciendo un
gesto de comprensión, añadió:
—Bueno, quítese ese pañuelo colorado del
cuello, porque es el color de Sandino y
estos hombres lo han tomado por un
revolucionario.
Me pobre pañuelo había sido la causa de
todo.
Me lo quité y seguí mi camino en paz.
Después supe que mis dos policías
salvadores andaban en una inspección de
licores. Chamorro llegaría a San Juan
del Sur en la mañana y cuando una gloria
del país llega a algún lugar se prohíbe
el licor para evitar los pleitos que se
suscitan.
Yo también llegué a San Juan del Sur
aquella mañana y encontré al pueblo
excitadísimo. Cada uno celebraba algo y
yo no vi señas de la prohibición. Todas
las calles estaban engalanadas con
banderas de los conservadores, a causa
de una elección próxima. Pasaron el día
esperando y llegó la noche, y ellos
todavía esperando: gritaron y hablaron
de política toda la noche, y yo sin
poder dormir.
A la mañana siguiente salí del lugar y
dejé a San Juan del Sur esperando
todavía.
Desde las afueras de la ciudad y a lo
largo del camino había policías montados
que me detenían, veían mis papeles y
tomaban mi nombre. Eran guardianes
contra la posibilidad de que un hombre
de Sandino viniera a matar a Chamorro. A
veces tenía que argüir con ellos y hasta
que no enseñaba mi libro con los sellos,
nombres y firmas de los lugares por
donde había pasado, no me dejaban
continuar.
En la ciudad de Rivas me encerraron en
una estación de policía para
investigarme. Cuando Salí encontré un
grupo de marinos americanos que me
dejaron dormir en sus barracas. Era este
un alegre grupo de muchachos de buena
apariencia con sus limpios uniformes y a
los que no les importaba un comino ni la
celebración ni la revolución.
A las cuatro de la tarde siguiente el
gran Chamorro llegó a esta ciudad. El
espesísimo polvo y la aglomeración de
gente me impidieron verle. Pasó veloz
por las calles hasta llegar a una casa
donde le esperaba un banquete. A algunos
de sus aliados se les metió en la cabeza
la idea de llamar a todas las casas de
los opositores de Chamorro y decirles a
gritos que salieron a ver al ‘terror’,
el magnífico Chamorro.
A las cinco de la mañana siguiente, el
‘terror’ , salió para la capital.
Seguí caminando hacia el Norte y cerca
de la orilla del gran lago Nicaragua,
que tiene más de cien millas de largo y
cuarenta de ancho.
El dulce murmullo de sus olas era quieto
y suave: ¡qué bien me hizo, después de
todo el tiroteo y la loca algazara que
dejaba detrás!
Por la noche se levantó una brisa fresca
y empezó a lloviznar; el ancho lago se
enfureció de repente hasta que el sol
brilló de nuevo, disipó su enojo y lo
alumbró con un bellísimo reflejo rojo.
A la caída de la tarde, llegué a
Granada, la tercera ciudad de
importancia de Nicaragua. La policía
juzgó por mis pantalones cortos y mis
botas que yo seguramente era uno de los
hombres de Sandino, y me retuvo una hora
larga investigándome. Cuando me dejaron
salir alquilé un cuartito barato donde
dormí hasta el mediodía siguiente.
No me gustó Granada. Es caliente, sus
calles son malísimas y en ellas se
levantan verdaderas nubes de polvo. El
que se para en una de ellas en el
momento en que circula un carruaje
tirado por caballos, queda cubierto
literalmente de polvo como si hubiera
sido sumergido en él.
Allí pude descansar toda aquella tarde y
noche.
Siguiendo por los rieles del ferrocarril
que ardían bajos los rayos del sol,
llegué a Masaya en la tarde del 1.° de
diciembre de 1927. Aquí la gente me
esperaba. Empezaron a formarse grupos
entusiastas a mi alrededor, y en esto
llegó un policía y con la mayor
insolencia comenzó a gritar y tronar un
chicote a derecha e izquierda. Alzando
la voz imperiosamente me preguntó quién
era yo y si creía que era un héroe.
Entonces arrancó la bandera que yo
llevaba en mi mochilla y que decía:
‘Caminando de Buenos Aires a Nueva
York’, y la arrojó al suelo. La gente
que me rodeaba vio la injusticia con que
me estaba tratando el policía ignorante
y comenzó a murmurar y a protestar. El
policía comprendió que no era allí su
lugar y departió tratando de aparecer
como si nada hubiera pasado.
Aquí había más marinos norteamericanos
estacionados. Y como yo visité sus
barracas a la hora de la comida, me
invitaron a una buena cena. No podíamos
entendernos muy bien, pero nos
divertimos y reímos mucho. Ellos
trataron de darme valor para continuar
mi viaje y cuando la noche llegó no me
dejaron partir, sino que me hiceron
dormir allí en un delicioso catre.
CAPITULO XV1. CAPTURADO POR UN
CABECILLA REBELDE.
Al día siguiente llegué a Managua, la
capital de Nicaragua. Seguí los rieles
del ferrocarril que siempre ardían en
aquellos cálidos climas; y aquí creí que
me moría de sed. La primera cosa que
hice al llegar a Managua fue ordenar una
bebida bien fría; pero no gocé al
tomarla, porque inmediatamente perdí el
conocimiento. Cuando volví en sí estaba
en una casa extraña, y un caballero
trataba de reanimarme.
Cuando me sentí bien y después de dar
las gracias al bondadoso dueño, salí de
la casa y fui en busca del alcalde para
que firmara mi libro. Cuando yo buscaba
el camino, un hombre de apariencia
misteriosa, vino hacia mí, y me dijo:
—¿Quién es usted y por qué lleva ese
letrero a la espalda?
Y sin darme tiempo para hablar, me
arrestó y me llevó a la estación de
policía. Examinaron mis papeles y me
dejaron seguir; pero yo tuve la
satisfacción de oír al jefe dar una
buena regañada al estúpido policía que
me había detenido. El policía contestó
que yo le parecía espía y que aún ahora
no estaba seguro de que no lo fuera. Si
todas estas cosas no fueran tan
ridículas y risibles, serían trágicas.
Quiso la casualidad que yo llegará a
Managua en un día de fiesta religiosa.
Es costumbre que cualquiera de las
personas principales de la ciudad haga
un altar en su casa para la Virgen
Santísima, a la que rodea de toda clase
de frutas y dulces. Los invitados llegan
y después de cantar unos himnos muy
bonitos el dueño de la casa pregunta:
—¿Quién es el que canta tanta alegría?
Y todos responden:
—Es el corazón de María.
Entonces el canto cesa y los invitados
empiezan a comer y bailar. Y así van de
casa en casa. A mí me pareció una
costumbre muy alegre y conmovedora.
Después de salir de la capital seguí
caminando a lo largo de la playa del
lago Managua, otro gran lago que tiene
como cincuenta kilómetros de largo.
Muchos de los habitantes de estas playas
son pescadores que hacen el negocio de
venderles pescado a los pasajeros de los
trenes. El pescado es frito y se come un
una salsa de chile y tortillas que sabe
deliciosamente.
Chinandega está en ruinas; las casas
están o caídas o quemadas: resultado de
las revoluciones. La gente es triste y
como indiferente. Hasta el teatro está
sin techo. Sin poderlo evitar, me sentí
filósofo y pensé que todas estas
tragedias, todos estos dolores, no
tienen razón de ser.
Desde aquí pasé por campos desolados;
los ranchos abandonados y la hierba
salvaje cubre un terreno que debía estar
produciendo riqueza en vez de miseria.
Yo dormí una noche en una de estas casas
deshabitadas: ruidos de caballos
galopando y gritos de hombres que
pasaban me despertaron; probablemente un
grupo de salvadores de la patria.
Un día, como a las tres de la tarde, me
alcanzaron tres jinetes que se acercaron
mucho, creyéndome sospechoso. No eran
soldados regulares. Llevaban las mangas
de la camisa arremangadas hasta el codo
y no se habían afeitado en semanas. Pero
llevaban grandes revólveres y cinchos
con balas a la cintura.
Uno de ellos desmontó y por millonésima
vez oí la misma pregunta: —¿Quién es
usted? —Y cuando yo le dije quién era,
contestó: ‘Oh, si, ya se quién es usted;
pero de todos modos tendrá que venir
conmigo al ver al jefe’.
Una sospecha tuve: ¿me llevarán ante la
presencia de Sandino? No sabía si
alegrarme o sentir alarma. Yo creo que
más me alegré. Pero no me gustaron las
precauciones que tomaron; me vendaron
los ojos y me hicieron subir a la grupa
de uno de los jinetes. Sentí que
subíamos y bajábamos colinas, cruzábamos
hondonadas y riachuelos. La caminata me
pareció interminable. Los hombres no
fueron rudos conmigo, y casi no me
hablaron.
Por fin oí voces de alto. Nuestros
caballos hicieron alto y a mí me
bajaron, me desvendaron los ojos y
después de abrirlos y cerrarlos muchas
veces, me acostumbré a la luz, y vi que
estaba en un campo pequeño en el claro
de un bosque. Había diez o doce tiendas
de campaña muy cerca una de la otra, y
como cuarenta o cincuenta hombres
sentados o haciendo algo con las manos.
Me llevaron hacia un joven que estaba
parado, con los pies separados, los
brazos cruzados sobre el pecho y
mirándome con ojos penetrantes. Llevaba
pantalones de caqui, polainas y la
camisa abierta por delante; un gran
revólver pendía de su cintura.
Después de unos instantes me preguntó
amablemente: —¿Qué pasa, jovencito? ¿Por
qué le han traído aquí?
El tono de su voz me dijo que no tenía
yo nada que temer. Era difícil creer que
éste era el terrible, el sanguinario
Sandino; el hombre que todos creen un
asesino y un bandido. Era de mediana
estatura, delgado y tenía la expresión
más amistosa del mundo.
E inmediatamente me sentí en mi casa. Le
conté todo lo que pude de mí y de mi
viaje, le enseñé mi tesoro, mi libro de
records y mis papeles. El me escuchó con
verdadero interés, y de repente me
preguntó: —¿Ha oído usted hablar del
sangriento revolucionario Sandino? —
Cuando vio que su pregunta me
embarazaba, prosiguió: —Bueno, pues yo
soy Sandino; pero no soy lo que la gente
dice que soy; todo lo que yo quiero es
la libertad de mi país, libre de la
invasión extranjera; yo quiero que usted
recuerde esto, y que así lo haga saber
al mundo.
Era imposible dudar de la sinceridad de
sus palabras; sus ojos, su semblante
entero tenían el reflejo de la
sinceridad.
Después ordenó a uno de sus hombres que
abriera unas latas de conservas y todos,
incluyendo Sandino, nos sentamos a
comer. Hablamos un poco más, y
finalmente, se retiró a consultar con
algunos de sus subordinados. El resto me
rodeó y escuchó interesado algunas de
mis aventuras. Cuando llegó la hora de
retirarse, me dieron unas frazadas y me
señalaron un lugar para dormir.
¡Dormir! No cerré los ojos en toda la
noche, por la emoción de estar tan cerca
de Sandino.
Casi a la madrugada del día siguiente,
el 15 de diciembre, Sandino me llamó y
ordenó a dos de sus hombres que me
guiaran a un lugar de donde yo pudiera
seguir fácilmente. El me acompañó por
breves momentos, y estrechando mi mano
cordialmente, me dijo: --Buena suerte,
amigo mío. Recuerde que Sandino le trató
bien, y recuerde también lo que le dijo.
Le prometí que así lo haría. Mis guías
me vendaron otra vez los ojos; pero
ahora me dieron un caballo para mí solo.
Después de un par de horas desmonte, me
quitaron la venda y me indicaron la
dirección que debía tomar. Los hombres
se despidieron de mí y volvieron grupas
en dirección opuesta. Al volverme, una
nube de polvo fue todo lo que pude ver.
|
It is instructive to
compare the foregoing account to the
story that appeared more than three years later
in the March 1931 article in Estampa,
transcribed in full below:
||
Es instructivo comparar
el relato anterior a la historia que
apareció más de tres años después, en el
artículo de marzo de 1931 en Estampa,
que se reproduce en su totalidad a continuación:
Estampa
Año 4, núm. 165, 7 Marzo
1931, Madrid.
Un día en el campamento del general
Sandino . . . El que a los yanquis
odiaba.
He aquí un nuevo diálogo con ese
muchacho, Augusto Flores, que fue, a
pie, de Buenos Aires a Nueva York,
perdiendo, en la marcha aventurera, un
amigo, muerto por un víbora; otro,
arrastrado por un torrente, y dos,
inmovilizados por el paludismo. Dos
muertos y dos enfermos. La tierra, para
ser cruzada, hace pagar arbitrios
extraordinarios.
Vamos Rambla abajo, envueltos en el gris
tumulto dominguero. Augusto Flores,
enjuto y menudo, se reduce más con su
voz peruana, queda y dulce.
—Voy a editar un libro, ¿sabe?, con mis
aventuritas.
Entonces fue preguntarle por el hombre
más interesante que había encontrado en
sus andanzas. Víboras, fieras, indios
agresivos, torrenteras homicidas,
arboledas tenebrosas, acantilados,
lagunas azules junto a las nieves
perpetuas, todo esto es la eterna
película de "Los misterios de la selva
americana" o de "A través de la América
secreta". Pero, ¿y el hombre? . . .
—El hombre más interesante que encontré
en mi marcha a través del continente
americano, fue Sandino.
Comenzó la narración sin un aspaviento
ni una palabra enfática. En este
andariego muchacho sudamericano, las
hazañas del último hombre poemático de
América, no toman nunca un tono de oda.
Sencillamente, evoca al héroe sencillo
de Nicaragua:
—Un día, como a las tres de la tarde,
después de haber dejado atrás la ciudad
de Chinandega, me alcanzaron tres
jinetes. Eran tres soldados de Sandino.
Ni un distintivo militar. Ni uniforme,
ni correajes. Las mangas de la camisa
arremangadas, el rostro peludo, al
cinto, cananas repletas, y dos
revólveres enormes decorando sus
caderas. Uno de los jinetes se desmontó,
y, en tono verdaderamente simpático, me
interrogó:
—¿Quién es usted?
—Augusto Flores; voy a pie de Buenos
Aires a Nueva York.
—Ya le conozco, por los periódicos, pero
tendrá que venir con nosotros a ver al
jefe.
—¿Quién es su jefe?
—Sandino.
A lo largo de Nicaragua, yanquis y
nicaragüenses conservadores, me habían
hablado de un Sandino hosco y
sanguinario, mezcla de guerrillero y de
bandolero. No sabía si alegrarme o
sentirme alarmado. Pero, Sandino, era,
para mí, el patriota que estaba
escribiendo la postrera epopeya
americana y acabe alegrándome, a pesar
de que me vendaron los ojos y me
hicieron cabalgar a la grupa de uno de
los jinetes. Sentía que subíamos y
bajábamos colinas, que atravesábamos
bosques, que cruzábamos hondonadas y
riachuelos. De vez en cuando, me
preguntaban: "¿Cómo va el muchacho?" Los
caballos seguían trotando, trotando, en
un trote que a mi me parecía
interminable.
—¿Y para qué estas precauciones?
—La guerra de Sandino es de asechanzas y
espionaje. En Nicaragua, todos son
espías, o a favor o en contra de
Sandino. Yo también podía serlo. Por
fin, oí voces, descabalgamos, me
desvendaron, abrí y cerré los ojos
muchas veces para hacerme a la luz y vi,
finalmente, que estaba en el claro de un
bosque, ante diez o doce tienda de
campaña y, [p. 2] entre ellas, en corros
o echados, unos ochenta o cien hombres.
Era el ejército de Sandino.
—¿Y Sandino?
—Estaba frente a una tienda, con las
piernas abiertas, los brazos cruzados
sobre el pecho, pantalones kaki,
polainas, la camisa escotada, unos
grandes ojos penetrantes y un revolver
pendiente de la cintura. A pesar de
todo, tenía algo de "cow-boy" americano.
Me presentaron a él como al jefe, sin
decirme quién era. Sandino, me miró
fijamente y acabó preguntándome:
—¿Qué le sucede, jovencito? Por qué le
han traído aquí?
Yo le conté todo, mis viajes y mis
proyectos, le mostré mis fotografías y
mi libro de recuerdos. El me escuchaba,
interesado en el relato, y, de pronto,
me interrumpió:
—¿Ha oído usted hablar del sanguinario y
revolucionario Sandino?
Al ver mi embarazo, prosiguió:
—Bueno, pues yo soy Sandino. Los yanquis
dicen que soy un asesino y un hombre
cruel. Eso es falso. Yo no soy más que
un patriota que lucha, como un soldado,
por la libertad de su patria. Por ella,
daré mi vida. Por ella, lucharé año tras
año. Dígalo así por todas las tierras
que atraviese y a todos los hombres que
hable.
—Y usted, ¿qué le respondió?
—Era imposible dudar de su sinceridad.
El alma, llena de honradez y de coraje,
se le salía por los ojos. El vio mi
emoción y me dio un abrazo, alegre. Al
fin, Sandino, era, como yo, un joven.
—Pues, ¿cuantos años tiene Sandino?
—Me pareció un muchacho de veinticinco
años.
—¿Nada más?
—No creo que tenga más . . . Luego,
alegremente, me invitó a cenar, abrimos
unas latas de conserva, nos sentamos en
corro y cenamos. Recuerdo que era una
tarde suave y dorada por el oro del
crepúsculo, y que, mientras ellos
contaban emboscadas contra los yanquis y
yo aventuras de desiertos y de selvas,
me iba llenando de una emoción que
podría calificar más que de "emoción de
romancero", romance de reconquista, con
unos soldados barbudos, amigos de los
bosques y un capitán quijote, que, en
aquel crepúsculo sereno, podía volver a
pronunciar el discurso de las armas y de
las letras.
Augusto Flores, calla ante la evocación
de aquella tarde romántica, en la tarde
plebeya.
—¿Y luego?
—Cuando llegó la hora de retirarse, me
dieron unas mantas y me señalaron una
tienda para dormir. Al clarear el día,
Sandino me llamó, me deseó venturas y
ordenó a dos de sus hombres que me
guiaran hasta un lugar desde donde
pudiese seguir mi ruta. El me acompañó
un trecho y estrechándome, cordial, mi
mano, me dijo: "Buena suerte, muchacho;
recuerde que Sandino le trato bien y
recuerdos lo que le dije." Volvieron a
vendarme los ojos, me dieron un caballo,
trotamos unas dos horas, nos detuvimos,
me desvendaron, me enseñaron la
dirección, volvieron grupas y, a poco,
una lejana nubecilla de polvo, es lo que
restaba de la aventura habida con
Sandino.
Augusto Flores siguió hablándome del
general Sandino. Le siguen sólo unos
doscientos o trescientos hombres, que
comen las conservas que arrebatan a los
yanquis, y se municionan merced a las
emboscadas. Sandino, a veces, se
disfraza, habla con oficiales
norteamericanos, incluso con soldados en
centinela, y luego les escribe, contando
y riendo sus bromas. Otras, recorre, a
caballo, kilómetros y kilómetros y cae
sobre un destacamento yanqui. A pesar de
lo reducido de las partidas de Sandino,
la desolación de la guerra se nota en
Nicaragua. La ciudad de Chinandega esta
en ruinas, por la batalla y el incendio.
Yo, en ella, fuí a un cine que no tenía
techo.
—¿Y no ha vuelto usted a ver a Sandino?
—Si, en Mejico. Desde allí me escribió a
Nueva York. Seguramente habrá vuelto a
Nicaragua, aun cuando no cuente más que
con doce hombres.
Recordamos unos versos de D'Annunzio,
cuando entro en el puerto austriaco de
Pola, durante la guerra: "Siamo trenta
d'una sorte-trenta uno con la morte . .
." El heroísmo por la patria o por la
libertad, es igual en el Adriático o en
los bosques de Nicaragua. Sandino y los
suyos son, también, treinta, y con la
muerte, treinta y uno.
MARIO AGUILAR
|
Several
significant differences mark the two accounts.
Most notably, the Estampa article
effaces any mention of “el terror” Emiliano
Chamorro; of the larger context of the aftermath
of civil war between Liberals and Conservatives;
and of Flores’ two positive encounters with the
US Marines (in Rivas and Masaya). It also
does not identify the date of Flores’ encounter
with Sandino, leaving readers with the
impression that their meeting took place
sometime near the publication of the article; as
we can see, in fact the encounter took place in
December 1927, more than three years before the
article was published. Finally, the
photographs accompanying the Estampa
article purport to show urban demonstrations in
favor of Sandino, when in fact they show no such
thing. ||
Varias diferencias significativas marcan
los dos relatos. En particular, el
artículo en Estampa borra cualquier
mención de “el terror” Emiliano Chamorro; del
contexto más amplio de las secuelas de la guerra
civil entre liberales y conservadores; y de dos
encuentros positivos de Flores con los Marinos
norteamericanos (en Rivas y Masaya). Asimismo,
no se especifica nada sobre la fecha del
encuentro de Flores con Sandino, dejando a los
lectores con la impresión de que la reunión tuvo
lugar en algún momento cerca de la publicación
del artículo. De hecho, como podemos ver, el
encuentro tuvo lugar en diciembre de 1927, más
de tres años antes de la publicación del
artículo. Por último, las fotografías que
acompañan al artículo en Estampa
pretenden mostrar las manifestaciones urbanas en
favor de Sandino, cuando en realidad no existió
tal cosa.
We now turn to
the second episode of a continental
walker encountering Sandino and his troops – the
curious case of Ramiro Mollá Sanz.
||
Pasamos ahora al segundo episodio
de un andador continental y su encuentro con
General Sandino y su tropa – el caso curioso de
Ramiro Mollá Sanz.
Episode
2. The Wandering Spaniard Ramiro Mollá
Sanz Is Escorted into Sandino’s Camp, April 1931
Episodio 2. El viajero español
Ramiro Mollá Sanz está escoltado al campamento
de Sandino, abril de 1931
In May 1931,
the intelligence services of the US Marine
Corps, the US Navy, and the Guardia Nacional de
Nicaragua reported on a 46 year-old Spanish
traveler named Ramiro Mollá Sanz, on a walking
journey from New York City to Buenos Aires, who
carried with him an “autograph book” and spent
several days in Sandino’s camp. Below is
reproduced the text of the US Naval Intelligence
report of 13 May on the Spaniard Ramiro Mollá
Sanz:
||
En mayo de 1931, los servicios
de inteligencia de los U.S. Marines y la Guardia
Nacional informaron sobre un viajero español de
un 46 años de edad llamado Ramiro Molla Sanz, en
un viaje a pie de la ciudad de Nueva York a
Buenos Aires, llevado consigo un “libro de
autógrafos” y pasando varios días en el
campamento de Sandino. A continuación se
reproduce el texto del informe de la
Inteligencia Naval norteamericana del 13 de mayo
sobre el español Ramiro Mollá Sanz:
ISSUED BY THE OFFICE OF NAVAL
INTELLIGENCE, NAVY DEPARTMENT
ATTACHÉ'S
REPORT BLANK
From: "G"
Date: 13 May, 1931
Serial No. 38-31, File No. 108-300
Source of Information: Reliable
Subject: PERSONALITIES - Honduras
Personal report on RAMIRO MOLLA SANZ
Born
28 February, 1885, in Villa de Canals, Valencia,
Spain, about sixty six inches of height, blue
eyes, medium brown hair, high forehead,
prominent roman nose, small mouth which droops
at the corners.
He left New York City on 26 December, on a trip
with the intentions of hiking through all the
republics of North, Central and South America
with Buenos Aires, Argentina as his destination.
To date his pedometer registers 5,500 miles to
Tegucigalpa. He stated that in the latter part
of January or early part of February he arrived
at Danli, Honduras, and spent a short time
working on the road in that place, then he
headed south into Nicaragua to the northwest of
Ocotal where he met up with a group of Sandino's
followers who were led by Francisco Estrada and
they took him to Sandino's Cuartel General. He
had a long conversation with Sandino who
autographed his book of signatures which he
carries.
"The coming of Ramiro Molla Sanz to our Cuartel
General was not accidental --" was the first
sentence which was written then continued to say
that he brought greetings from their Hispano
brothers. During the time which he spent in
Sandino's camp, which he explained to the best
of his knowledge was located near the source of
the Cua river, he came into contact with Pedro
Blandon, Alejandro Rivera, Juan Santos Morales
who signed as secretary to General Pedro Blandon
First Expeditionary General and Commander of
Column #12, and General Carracas, whom he stated
is a new Brigadier General who has recently
joined Sandino. According to his observations
they have four heavy Browning machine guns, two
Lewis machine guns, two Vickers aircraft machine
guns, various B.A.R.s or Thompsons, as he
described them as rifles with large ammunition
clips on the lower side of the gun, a number of
Springfield rifles, model 1912, with rifle
grenade dischargers, also a small quantity of
hand grenades. He did not know the names of any
of the arms but according to his description
they are as listed above. He stated that
Blandon's column had all of the good arms and
the larger supply of ammunition and that Rivera
had the larger number of followers but they were
a rougher class of indian and had poor arms and
hardly no ammunition, being armed with mostly
old Concon, Infume and Remington rifles, which
had from time to time been picked up. He went
with them when they proceeded to Poteca where
they all embarked in "pipantes" (dugouts) and
proceeded down the Coco River to Cabo Gracias
Adios where he left them as he was afraid to
continue in their company.
He stated that no one in the group knew anything
about Marines being withdrawn from Nicaragua or
about the earthquake in Managua, further stated
that the bandit jefes were unanimous in saying
they would immediately go to work if the Marines
were once withdrawn. He returned to Tegucigalpa
via: North Coast of Honduras.
NOTE: All the bandits called Molla "brother" in
their autobiographic addenda which were strongly
Iberro Hispanic, and anti-American with a strong
Communistic trend.
------------------------------------------------------------------------
Informe Personal de RAMIRO MOLLA SANZ,
13 de Mayo de 1931
EMITIDA POR LA OFICINA DE INTELIGENCIA
NAVAL, DEPARTAMENTO DE NAVY. De: “G”.
Fecha: 13 de mayo de 1931. Serie No.
38-31, Expediente Nº 108-300. Fuente de
información: Seguro. Asunto:
PERSONALIDADES – Honduras
Nacido el 28 de febrero de 1885, en
Villa de Canals, Valencia, España, de
unos sesenta y seis centímetros de
altura, ojos azules, pelo marrón medio,
la frente alta, el nariz prominente y
aguileña, la boca pequeña que cae en las
esquinas.
Salió de la ciudad de Nueva York el 26
de diciembre, en un viaje con la
intención de caminar a pie a través de
todas las repúblicas de América del
Norte, América Central y América del
Sur, con Buenos Aires, Argentina, como
su destino. Hasta la fecha, su podómetro
registra 5.500 millas a Tegucigalpa.
Afirmó que en la última parte de enero o
principios de febrero llegó a Danlí,
Honduras, y pasó un corto tiempo de
trabajo en la carretera en ese lugar, y
luego se dirigió hacia el sur en
Nicaragua al noroeste de Ocotal, donde
se reunió con un grupo de seguidores de
Sandino, que fueron dirigidos por
Francisco Estrada y que lo llevó a
Cuartel General de Sandino. Tuvo una
larga conversación con Sandino quien
autografió el libro de firmas que lleva.
“La llegada de Ramiro Molla Sanz a
nuestro Cuartel General no fue por
casualidad – ” fue la primera frase que
escribió, luego continuó diciendo que él
trajo saludos de sus hermanos Hispanos.
Durante el tiempo que pasó en el
campamento de Sandino, que a su mejor de
su conocimiento estaba situado cerca de
la fuente del río Cúa, entró en contacto
con Pedro Blandón, Alejandro Rivera,
Juan Santos Morales, quien firmó como
secretario del General Pedro Blandón
Primer General Expedicionario y
Comandante de la Columna #12, y General
Carracas, quien afirmó es un nuevo
general de brigada que se ha unido
recientemente con Sandino. Según sus
observaciones, tienen cuatro
ametralladores Browning, dos
ametralladoras Lewis, dos ametralladoras
de aviones Vickers, varios
ametralladores B.A.R. o Thompson, como
él describe como rifles con grandes
cargadores de municiones en la parte
inferior de la pistola, una serie de
rifles Springfield, modelo 1912, con
descargadores de granadas de rifle,
también una pequeña cantidad de granadas
de mano. Él no sabía los nombres de
ninguna de las armas, pero de acuerdo a
su descripción son las enumeradas
anteriormente. Señaló que la columna de
Blandón tenía todas las mejores armas y
la mayor cantidades municiones, y que
Rivera tenía el mayor número de
seguidores, pero eran una clase más ruda
de indio y tenía las armas pobres y casi
sin municiones, armado con su mayoría
con los rifles viejos de Concón, Infume
y Remington, que de vez en cuando han
recogido. Se fue con ellos cuando
procedieron a Poteca donde todos ellos
se embarcaron en “pipantes” (piraguas) y
procedieron por el río Coco a Cabo
Gracias a Dios, donde las dejó porque él
tenía miedo de continuar con ellos.
Dijo que nadie en el grupo sabía nada
sobre el retiro de los Marinos de
Nicaragua o sobre el terremoto en
Managua, declaró además que los jefes
bandoleros fueron unánimes en decir que
irían a trabajar de inmediato si los
Marines fueran retirados una vez.
Regresó a Tegucigalpa a través de la
Costa Norte de Honduras.
NOTA: Todos los bandoleros llamaban a
Molla “hermano” en su adenda
autobiográfica que eran fuertemente
Iberro [Ibero] hispana, y
anti-estadounidense con una fuerte
tendencia comunista.
RG127/2090/10T
|
Two additional
documents shed further
light on the case of Ramiro Mollá Sanz.
The first is a fascinating Guardia intelligence
report from Bluefields, dated 4 May 1931, titled
“An intelligence report on activities of
Sandino, [Pedro] Blandón, and [Adolfo] Cockburn”
by Eastern Area Commander Colonel John Marston
in Bluefields, transcribed below:
||
Dos documentos adicionales
arrojan más luz sobre el caso de Ramiro Mollá
Sanz. El primero es un informe fascinante de la
inteligencia de la Guardia de Bluefields, con
fecha de 4 de mayo de 1931, titulada “Un informe
de inteligencia sobre las actividades de
Sandino, [Pedro] Blandón, y [Adolfo] Cockburn”
por el Comandante de la Zona Oriental Coronel
John Marston en Bluefields, se transcribe a
continuación:
Intelligence Report, John Marston,
Bluefields, 4 de Mayo de 1931.
CUARTEL
GENERAL, AREA DEL ESTE.
GUARDIA
NACIONAL DE NICARAGUA.
BLUEFIELDS, NICARAGUA.
4 May,
1931
From:
The Area Commander, Eastern Area.
To:
The Jefe Director, Headquarters Guardia
Nacional de Nicaragua, Managua,
Nicaragua.
Subject:
An intelligence report on activities of
SANDINO, BLANDON, and COCKBURN.
1. Captain C. A. Inman, G.N. Department
Commander of Northern Bluefields, sent
Mr. J. A. Fagot, the son of the most
prominent American resident of Capo
Gracias, to Bluefields to report
information he had obtained when he was
in Honduras, a fugitive from bandits who
looted CAPE GRACIAS who were trying to
capture him.
2. Mr. J. A. Fagot is a young man,
married, fairly well educated, keen,
alert and intelligent, but most of the
information contained herein, obtained
from Mr. Fagot, is second hand, and a
great amount of it is obviously the
usual SANDINO propaganda. Mr. Fagot
reported, substantially, the following:
Fagot
met one MOLLO SANZ and had lengthy
conversations with him on April 24,
1931, in Honduras. MOLLO SANZ is a
Spaniard who has come to this continent
to walk from New York to Buenos Aires.
He a writer and is preparing a book on
SANDINO. Fagot’s interview with SANZ
took place in CATATASCA [CARATASCA],
Honduras. SANZ stated that he had just
come through Honduras through DANLI.
SANZ previously passed from DANLI to
SANDINO’S headquarters, exact place
unrevealed, the travel involved
occupying twelve days from DANLI. He
arrived at the headquarters on April
10th, 1931, and spent two and one half
days with SANDINO. SANDINO claimed to
have seventy three military divisions, a
total of five thousand men. That he was
obtaining good supplies of ammunition,
of German manufacture, from the pacific
seaboard: that his money came from
Bolshevist source; that he has an
airplane landing field in Nicaragua,
near CUILALI on the COCO RIVER; that
several of General MONCADA’S old
Generals are now coming over to enlist
in SANDINO’S cause, notably General
ESCAMILLA. SANDINO told SANZ that ADOLFO
COCKBURN holds a commission from Sandino
as a General. Fagot states that this
same statement came from Webster to
Abraham Martinez, (both well-known on
Coco River) and to Fagot. SANDINO
directed SANZ to keep an eye on BLANDON
and COCKBURN and RIVERA, during the
course of their operations in the COCO
RIVER and near PUERTO CABEZAS; That his
orders are to those jefes to kill all
AMERICANS and destroy their property but
to leave natives entirely alone. SANZ
stated that he would communicate with
SANDINO when he arrived in COSTA RICA on
his way SOUTH, and that he intended to
report unfavorably to SANDINO on the
conduct of EAST COAST generals,
especially with regard to COCKBURN and
RIVERA: that those two parties have some
kind of private understanding between
each other, and that all of the loot and
plunder captured in the raids does not
reach SANDINO; that much of the stolen
goods are in COCKBURN’S possession who
is now selling goods in a small store on
the COCO RIVER. SANDINO’S plan required
BLANDON to take PUERTO CABEZAS, after
which PEDRO ALTAMIRANO’S column would
reinforce BLANDON, via PIS PIS-SANTA
CRUZ trail; a third column would
thereafter join the forces from COCO
RIVER, and the entire concentration of
SANDINO forces would then proceed down
the EAST COAST, the RIO GRANDE DISTRICT
and take BLUEFIELDS. After taking PUERTO
CABEZAS, BLANDON was to report to SAKLIN
and give instructions to RIVERA, who, by
that time, would have taken CAPE
GRACIAS. On April 28, 1931, FAGOT met
NIEVAS AVAREZ, a resident of LAS, just
below WASPOOK, on COCO RIVER. NIEVES
AVAREZ, a known SANDINO spy, stated that
reinforcements, three hundred bandits,
were then proceeding down COCO RIVER.
The leaser of this force was not
revealed.
After
Abraham RIVERA was released from prison
in BLUEFIELDS, he immediately associated
himself with COCKBURN, and these two
parties have been in constant
communication and activity, together for
over one year. A long conference between
these two was held, just prior to
RIVERA’S raid down the COCO RIVER in
JANUARY 1931. The meeting took place at
SAKLIN. After the Guardia patrol had
finished its observations of the
SAKLIN-COCO RIVER territory, COCKBURN
immediately assumed executive powers,
and actually changed one of
“Comandantes” on the river,- installing
a negro “FRANCIS” who had been
imprisoned with COCKBURN, as comandante
of SAKLIN after forcing the old agent of
police to leave. It was this action that
caused an open break between COCKBURN
and the GOVERNOR, CAPE GRACIAS.
Becoming
bolder, COCKBURN called reunions of the
Indians (COCKBURN is well known as the
“King of the Indians on the COCO RIVER”)
from ANDRES and KISALIYI districts, and
made propaganda openly in favor of
SANDINO. One indian, “CLELAC”,
inhabitant of SOUPOUCI, told FAGOT that
the COCKBURN-RIVERA bandits had
ransacked his house and assaulted his
wife, and went to BLANDON to protest.
CLELAC asked COCKBURN “How can those men
be our brothers when they do these
things?” COCKBURN is alleged to have
consulted with BLANDON, who told
COCKBURN to promise all of the Indians,
as he did, that in three days time, if
all indians would come over to the
railroad line, they would receive loot
from PUERTO CABEZAS in ample quantity to
reimburse them for any losses suffered
on the COCO RIVER. COCKBURN and RIVERA
were together almost constantly during
the bandit raiding activities on the
COCO RIVER, and COCKBURN aided them with
supplies and cattle and food.
COCKBURN’S stores are the only ones on
the entire lower stretch of the COCO
RIVER that have never been touched in
bandit raids. COCKBURN’S son “J[---]S”
was recognized among the bandits that
raided CAPE GRACIAS. RUFINO COLONER, a
Nicaraguan resident of KLUPKI, COCO
RIVER, piloted the RIVERA bandits down
the river, and now has some of the
supplies taken from the radio office,
CAPE GRACIAS, in his house.
FAGOT
states that MOLLO SANZ showed him a
SANDINO’S map, whereon seventy three
marks indicative of units of SANDINO
forces located in various parts of
NICARAGA, were inscribed. There were
five such markers near MANAGUA. FAGOT
attempted to obtain the map, but did not
succeed.
JOHN
MARSTON.
------------------------------------------------------------------
Informe
de Inteligencia, John Marston,
Bluefields, 4 de Mayo de 1931.
CUARTEL
GENERAL, AREA DEL ESTE.
GUARDIA
NACIONAL DE NICARAGUA.
BLUEFIELDS, NICARAGUA.
4 de May
de 1931
De:
El Comandante de la Área, Área Oriental.
A:
El Jefe Director, Cuartel General,
Guardia Nacional de Nicaragua, Managua,
Nicaragua.
Sujeto:
Informe de inteligencia sobre las
actividades de SANDINO, BLANDON, y
COCKBURN.
1.
Capitán C. A. Inman, G.N. Comandante del
Departamento del Bluefields del Norte,
envió a Sr. J. A. Fagot, el hijo del más
prominente residente estadounidense de
Cabo Gracias, a Bluefields para reportar
información que había obtenido cuando
estaba en Honduras, un fugitivo de los
bandoleros que saquearon CABO GRACIAS,
quienes intentaban a capturarlo.
2. El
Sr. J. A. Fagot es un hombre joven,
casado, bastante bien educado,
entusiasta, alerta e inteligente, pero
la mayor parte de la información
contenida en el presente documento,
obtenido de Mr. Fagot, es de segunda
mano, y una gran cantidad de ella es,
obviamente, la propaganda habitual de
SANDINO. Mr. Fagot se lo informó,
sustancialmente, lo siguiente:
Fagot
conoció al tal MOLLO SANZ y tuvo largas
conversaciones con él el 24 de abril de
1931, en Honduras. MOLLO SANZ es un
español que ha venido a este continente
a pie desde Nueva York a Buenos Aires.
Él es escritor y está preparando un
libro sobre Sandino. La entrevista de
Fagot con SANZ tuvo lugar en CATATASCA
[Caratasca], Honduras. SANZ declaró que
acababa de llegar a de Honduras a través
de Danlí. SANZ pasó previamente de DANLI
a la sede de SANDINO, el lugar exacto no
revelado, el viaje involucrado ocupó
doce días desde DANLI. Él llegó a la
sede el 10 de abril de 1931, y pasó dos
días y medio con SANDINO.
SANDINO
afirmó tener setenta y tres divisiones
militares, un total de cinco mil
hombres. Que él había obtenido un buen
suministro de municiones, de fabricación
alemana, desde la costa del Pacífico:
que el dinero provenía de fuente
bolchevique; que tiene un campo de
aterrizaje de avión en Nicaragua, cerca
de CUILALI en el RIO COCO; que varios de
los viejos generales de general Moncada
están llegando ahora para alistarse en
la causa de Sandino, notablemente el
general ESCAMILLA. SANDINO dijo a SANZ
que ADOLFO COCKBURN tiene una comisión
de Sandino como General. Fagot afirma
que esta misma declaración vino de
Webster a Abraham Martínez, (ambos muy
conocidos en el río Coco) y a Fagot.
SANDINO
instruyó a SANZ a vigilar a BLANDON y
COCKBURN y RIVERA, durante el curso de
sus operaciones en el RIO COCO y cerca
de PUERTO CABEZAS; Que sus órdenes son
que los jefes maten a todos los
estadounidenses y destruir sus bienes,
pero dejar a los nativos en paz. SANZ
dijo que él se comunicaría con SANDINO
cuando llega a COSTA RICA en su camino
hacia el SUR, y que tenía la intención
de informar desfavorablemente a Sandino
sobre la conducta de los generales de la
COSTA ESTE, especialmente con respecto a
COCKBURN y RIVERA: que esos dos
individuos tienen alguno tipo de
entendimiento privado entre sí, y que
todo el botín y pillaje capturado en las
redadas no llega a Sandino; que gran
parte de los objetos robados se
encuentran en posesión de COCKBURN que
ahora está vendiendo mercancías en una
pequeña tienda en el RIO COCO.
El plan
de SANDINO requiere que BLANDON tome
PUERTO CABEZAS, después de lo cual la
columna de PEDRO ALTAMIRANO reforzaría
BLANDON través el rastro PIS PIS-SANTA
CRUZ; una tercera columna saldría a
partir de entonces para unirse a las
fuerzas de RIO COCO, y toda la
concentración de las fuerzas de SANDINO
procedería entonces abajo de la COSTA
ESTE, al DISTRITO DEL RIO GRANDE y tomar
a BLUEFIELDS. Después de tomar a PUERTO
CABEZAS, BLANDON debía informar a SAKLIN
y dar instrucciones a RIVERA, quien, en
ese momento, habría tomado el CABO
GRACIAS. El 28 de abril de 1931, se
reunió FAGOT con NIEVAS AVAREZ,
residente de LAS, un poco debajo de
WASPOOK, en el RIO COCO. NIEVES AVAREZ,
un espía conocido de SANDINO, afirmó que
los refuerzos, trescientos bandidos,
habían avanzado RIO COCO abajo. El líder
de esta fuerza no fue revelado.
Después
de que ABRAHAM RIVERA fue liberado de la
prisión en BLUEFIELDS, de inmediato se
sumó a COCKBURN, y estos dos individuos
han estado en comunicación y actividad
constante, juntos por más de un año. Se
celebró una larga reunión entre estos
dos, justo antes de la redada del RIVERA
RIO COCO abajo, en enero de 1931. La
reunión tuvo lugar en SAKLIN. Después de
la patrulla de la Guardia hubo terminado
sus observaciones sobre territorio
SAKLIN-RIO COCO, COCKBURN inmediatamente
asumió poderes ejecutivos, y de hecho ha
cambiado uno de los “comandantes” en el
río, – la instalación de un negro
“FRANCIS” que había sido encarcelado con
COCKBURN, como comandante de SAKLIN
después de obligar a la antigua agente
de la policía a salir. Fue esta acción
que provocó una ruptura abierta entre
COCKBURN y el GOBERNADOR DE CABO
GRACIAS.
Siendo
más audaz, COCKBURN llamó a reuniones de
los indios (COCKBURN es bien conocido
como el “Rey de los indios en el RIO
COCO) de los distritos de ANDRES y
KISALIYI, e hizo propaganda abiertamente
a favor de Sandino. Un indio, “CLELAC,”
habitante de SOUPOUCI, dijo a FAGOT que
los bandoleros de COCKBURN-RIVERA habían
saqueado su casa y golpearon a su
esposa, y fue a protestar con BLANDON.
CLELAC preguntó a COCKBURN “¿Cómo pueden
los hombres ser nuestros hermanos cuando
hacen estas cosas?” Se alega que
COCKBURN haber consultado con BLANDON,
quien dijo a COCKBURN prometer a todos
los indios, como lo hizo, que en tres
días, si todos los indios vendría a la
línea del ferrocarril, que recibirían el
botín de PUERTO CABEZAS en una amplia
cantidad para reembolsar por las
pérdidas sufridas en el RIO COCO.
COCKBURN y RIVERA estaban juntos casi
constantemente durante las actividades
de saqueo de los bandoleros en el RIO
COCO, y COCKBURN les ayudaron con los
suministros de ganado y alimentos.
Las
tiendas de COCKBURN son las únicos en
todo el tramo inferior del RIO COCO que
nunca han sido tocados en incursiones de
los bandoleros. El hijo de COCKBURN
“J[---]S” fue reconocido entre los
bandoleros que asaltaron al CABO
GRACIAS. RUFINO COLONER, residente
nicaragüense de KLUPKI, RIO COCO, pilotó
a los bandoleros de RIVERA río abajo, y
ahora tiene en su casa algunos de los
suministros tomados de la oficina de la
radio, CABO GRACIAS.
FAGOT
dice que MOLLO SANZ le mostró un mapa de
Sandino, sobre el cual setenta y tres
marcas indicativas de las unidades de
las fuerzas de Sandino ubicados en
diversas partes del Nicaragua, fueron
dibujadas. Había cinco de estos marcas
cerca de Managua. FAGOT trató de obtener
el mapa, pero no tuvo éxito.
JOHN
MARSTON.
Source: US National Archives,
RG127/E43A/24, Intelligence Report of 1
June 1931, pp. 9-10.
|
The final document
in this case is a story on Ramiro Mollá
Sanz from the Associated Press (AP) that
appeared in US newspapers and dated 13 June.
Below is a transcription of the article as it
appeared in the Brooklyn Eagle on 14
June:
||
El documento final en este caso es una
historia sobre Ramiro Mollá Sanz de la
Associated Press (AP) que apareció en los
periódicos norteamericanos con fecha de 13 de
junio. A continuación se transcribe el artículo
tal como apareció en el Brooklyn Eagle
el 14 de junio:
Brooklyn Eagle, 14 June 1931.
Nicaragua’s
Rebel Chief Battles for Mild Communism
– Sandino Views Russian Brand as
Too Violent – U.S. Marines’ Foe Has a
Force of 4,000 Men, All Well Armed
Tegucigalpa, Honduras, June 13
(AP)—A “softened” communism is
the aim of Gen. Augusto Sandino, says
Ramiro Molla Sanz, a Spanish explorer
who has returned here after three weeks’
stay at the mountain headquarters of the
Nicaraguan insurgent.
Molla Sanz fell into the hands of a
Sandinista band while he was making his
way through Nicaragua as part of a
walking journey from New York to Buenos
Aires.
Russian Type Too Vigorous.
Escorted to the headquarters of the
commander, he was received as a guest
and given opportunity to learn much of
the methods and objects of the Sandino
campaign.
“The Russian brand of communism is not
to my taste,” Sandino told him. “It is
much too agitated. I want a quiet
Spanish communism, softened and made
orderly.”
In the Molla Sanz travel book, Sandino
wrote sentiments which hailed the
explorer as a brother and kindred
spirit, and added:
“Spain and Spanish America will yet
communize the world.”
Bloodcurdling Seal.
This he signed and sealed with his
personal seal, the design showing a
Sandinista holding an American by the
hair and cutting off his captive’s head.
In the territory under his control Sandino is practicing the softened
communism which he preaches to the
mountain folk. The land belongs to the
native, and every man must help his
fellows.
Molla Sanz said that the Sandino forces
numbered 4,000 and were well equipped
with rifles, machine guns, some bomb
throwers, a few small cannon and three
anti-aircraft guns.
River Craft Abundant.
They have plenty of river craft and
maintain a line of communication from
the headquarters in the Segovian
Mountains to the mouth of the Coco River
on the Atlantic.
Short on Salt. Salt is
the great lack in the Sandino
commissary. Raids on towns generally
yield other food supplies, but salt has
been so scarce that several fights have
taken place, just with the object of
getting some.
Leader Denies Being Wounded.
Sandino himself was described as in good
health. He denied that he had ever been
wounded in the leg as had been reported.
In fact, Molla Sanz said, the general
seldom leads his men into battle,
leaving that to the sub-commanders in
charge of various columns.
Sandino said he would keep up the fight
even after the American marines are out
of his country. He will seek to
overthrow President Moncada and
establish a national government based on
his modified communism.
--------------------------------------------------------------------
Brooklyn Eagle, 14 de Junio de 1931.
Jefe Rebelde Nicaragüense Lucha por
Comunismo Suave – Sandino Ve el estilo
Rusa como Demasiado Violento – Enemigo
de los Marinos Norteamericanos Tiene
Fuerza de 4.000 Hombres, Todos Bien
Armados
Tegucigalpa, Honduras, 13 de
Junio (AP)— Un comunismo
“suavizado” es el objetivo del general
Augusto Sandino, dice Ramiro Molla Sanz,
un explorador español que ha regresado
aquí después de una estancia de tres
semanas en la sede de la montaña del
insurgente nicaragüense.
Molla Sanz cayó en las manos de una
banda sandinista mientras él estaba
caminando a través de Nicaragua, como
parte de un viaje a pie desde Nueva York
a Buenos Aires.
Tipo Ruso Demasiado Vigoroso.
Escoltado a la sede del comandante, fue
recibido como invitado y se le dio la
oportunidad de aprender mucho de los
métodos y objetivos de la campaña de
Sandino.
“El estilo ruso del comunismo no es de
mi gusto”, le dijo Sandino. “Es
demasiado violento. Quiero un comunismo
español tranquilo suave y ordenado”.
En el
libro de viajes de Molla Sanz, Sandino
escribió sentimientos que saludaron al
explorador como un hermano y alma
gemela, y añadía:
“España
y América Española todavía tienen que
comunizar el mundo."
Sello espeluznante.
Éste firmó y selló con su sello
personal, el diseño que muestra un
sandinista que sostiene un
norteamericano por el pelo y le corta la
cabeza a su cautivo.
En el territorio bajo su control,
Sandino está practicando el comunismo
suavizado que él predica a la gente de
la montaña. La tierra pertenece a los
nativos, y cada hombre debe ayudar a sus
semejantes.
Molla Sanz dijo que las fuerzas de
Sandino contaban con 4.000 y estaban
bien equipadas con rifles,
ametralladoras, algunos lanzadores de
bombas, unos pequeños cañones y tres
cañones antiaéreos.
Embarcaciones Fluviales
Abundantes. Tienen un montón de
embarcaciones fluviales y mantienen una
línea de comunicación desde la sede en
las montañas segovianas hasta la
desembocadura del río Coco en el
Atlántico.
Escasez
de Sal. La sal es la gran carencia en la
comisaria de Sandino. Los asaltos a los
pueblos generalmente dan otros
alimentos, pero la sal ha sido tan
escasa que varias peleas han tenido
lugar, sólo con el objeto de conseguir
un poco.
Líder niega estar herido.
Sandino mismo se describió como de buena
salud. Él negó que alguna vez haya sido
herido en la pierna como se había
informado. De hecho, dijo Molla Sanz, el
general rara vez conduce a sus hombres a
la batalla, dejando eso a los
sub-comandantes a cargo de varias
columnas.
Sandino dijo que iba a seguir luchando
aun después de que los marinos
norteamericanos estuvieran fuera de su
país. Él tratará de derrocar al
presidente Moncada y establecer un
gobierno nacional basado en su comunismo
modificado.
|
It is noteworthy that Ramiro
Mollá Sanz
arrived in Sandino’s camp on April 10, 1931,
just as the EDSN was in the midst of a major
offensive into the zone around Puerto Cabezas in
the Atlantic Coast region – the offensive in
which Pedro Blandón was killed (April 13) and
that prompted a major shift in US policy that no
longer required US troops to “protect American
lives and property” (April 16). In the
Marston Report, the young man J. A. Fagot
accurately described the organizational details
of the EDSN offensive of March-April 1931, as he
learned these from Ramiro Mollá Sanz. The
same report indicates that Sandino had enlisted
Mollá Sanz as a kind of informant on the
behavior of EDSN troops. Recall also that
31 March 1931 saw two highly significant events:
(1) a major earthquake in Managua that killed
upwards of 2,000 people, and (2) the murder of
Moravian missionary Otto Bregenzer by Sandinista
forces under General Pedro Blandón at Musawas on
the Rio Biltigne.
||
Cabe destacar que Ramiro Mollá Sanz
llegó en el campamento de Sandino el 10 de abril
de 1931, cuando el EDSN estaba en medio de una
gran ofensiva en la zona alrededor de Puerto
Cabezas, en la región de la Costa Atlántica – la
ofensiva en la que Pedro Blandón fue asesinado
(13 de abril) y que provocó un cambio importante
en la política de Estados Unidos que ya no se
requiere a las tropas estadounidenses para
“proteger vidas y propiedades norteamericanas”
(16 de abril) . En el Informe de Marston, el
joven J. A. Fagot descrito con precisión los
detalles de la organización de la ofensiva del
EDSN de marzo-abril de 1931, como se enteró de
estos de Ramiro Mollá Sanz. El mismo informe
indica que Sandino había alistado Mollá Sanz
como una especie de informante sobre el
comportamiento de las tropas EDSN. Recordemos
también que el 31 de marzo 1931 ocurrieron dos
eventos muy importantes: (1) un gran terremoto
en Managua en el que murieron más de 2.000
personas, y (2) el asesinato del misionero
Moravo Otto Bregenzer por las fuerzas
sandinistas al mando del general Pedro Blandón
en Musawas en el Río Biltigne.
Comparing & Contrasting the Encounters
of Augusto Flores and Ramiro Mollá Sanz
|| Comparar y contrastar los
encuentros de Augusto Flores y Ramiro Mollá Sanz
I conclude this
little interpretive foray by sketching
the similarities and differences between these
two episodes, and what those similarities and
differences can tell us about how the political
and military landscape in Nicaragua had changed
from December 1927 to March 1931. We begin
with the similarities. ||
Concluyo esta pequeña incursión interpretativa
bosquejando las similitudes y
diferencias entre estos dos episodios, y lo que
esas similitudes y diferencias nos pueden
enseñar acerca de cómo la panorama político y
militar en Nicaragua había cambiada desde
diciembre de 1927 hasta marzo de 1931.
1.
Similarities. The two episodes
are marked by at least three significant
similarities.
||
1.
Similitudes. Los
dos episodios se caracterizan por al menos tres
similitudes significativas.
(a) Continental Walking Tours
by Spanish-Speaking Adventurers, Each Carrying a
Book of Signatures. Most
obviously, both episodes center on the
recollections of men who embarked on months-long
walking journeys across the length of the
Americas – Flores walking from south to north,
and Mollá Sanz walking from north to south.
It is unknown whether Mollá Sanz got the idea
for his walking journey from My Hike by
Augusto Flores, but we do know that Mollá Sanz
embarked on his journey very soon after Flores’
book was published. It therefore seems
likely that the walking journey of Mollá Sanz
was inspired by Flores’ journey. It is
also noteworthy that neither carried a passport
but instead depended on their “book of
signatures” for safe passage. In the 1920s
and 1930s, nation-states were only beginning to
issue the kinds of standardized passports
travelers routinely carry today.
||
(a) Excursiones continentales a pie
por aventureros hispanohablantes, cada uno
llevando un libro de firmas.
La más obvia, los dos episodios están centrados
en los recuerdos de hombres que se embarcaron en
viajes a pie de muchos meses a través de todo lo
largo de las Américas – Flores caminando de sur
a norte, y Mollá Sanz caminando de norte a sur.
No se sabe si Molla Sanz tenía la idea para su
viaje a pie de My Hike por Augusto
Flores, pero sí sabemos que Mollá Sanz se
embarcó en su viaje poco después de la
publicación del libro de Flores. Por lo tanto,
parece probable que el viaje a pie de Mollá Sanz
hubiera inspirado el viaje de Flores. También
cabe destacar que no llevaba un pasaporte, sino
que dependía de su “libro de firmas” para el
paso seguro. En los años 1920 y 1930, los
estados-naciones sólo estaban empezando a emitir
los tipos de pasaportes estandarizados que los
viajeros transportan rutinariamente hoy.
(b) Dangers & Threats of
Violence. Both men walked
into a dangerous and unpredictable environment
and in so doing faced many dangers and threats
of violence. Flores walked north into
Nicaragua from Costa Rica in the aftermath of a
brutal civil war, when the Chamorristas were
still trying to block or impede the proposed
US-supervised elections of 1928. Mollá
Sanz walked south into the Western Segovias from
Danlí, Honduras at the height of Sandino’s armed
rebellion against the Nicaraguan government and
the US Marines. He also told the
intelligence officer of the US Naval
Intelligence Office that he felt “afraid” to
continue with the Sandinistas after arriving in
Cabo Gracias a Dios, bade his rebel hosts
farewell, and headed north into Honduras.
||
(b) Los peligros y las amenazanas de
violencia. Los dos hombres
entraron en un entorno peligroso e impredecible,
y al hacerlo se enfrentan a muchos peligros y
amenazas de violencia. Flores se dirigió hacia
el norte a Nicaragua desde Costa Rica a raíz de
una brutal guerra civil, cuando los chamorristas
aún estaban tratando de bloquear o impedir las
propuestas elecciones supervisadas por los
norteamericanos de 1928. Mollá Sanz caminó hacia
el sur a Las Segovias occidentales desde Danlí,
Honduras en la altura de la rebelión armada de
Sandino contra el gobierno de Nicaragua y los
marinos norteamericanos. También le dijo al
oficial de inteligencia de la Oficina de
Inteligencia Naval que se sintió “miedo” a
continuar con los sandinistas después de llegar
a Cabo Gracias a Dios, dijo adiós a sus
anfitriones rebeldes, y se dirigió hacia el
norte a Honduras.
(c) Sandino’s Transnational
Indo-Hispanicism. In both
cases, men whom Sandino would classify as
“Indo-Hispanic” were welcomed into Sandino’s
camps, even as other foreigners, especially US
citizens, were being refused permission to enter
or being killed by the EDSN. The episode
offers a powerful illustration of the
international solidarity that Sandino and his
cause were able to garner across much of the
Atlantic world. That the Sandinistas would
welcome into their camps two wandering
Spanish-speaking adventurers speaks volumes
about the transnational inclusivity of this
nationalist campesino rebellion — not unlike
that of the Spanish Republicans in the Spanish
Civil War later in the decade, or the Sandinista
Revolution half a century later. There are
several accounts of what Sandino wrote in the
“autograph book” of Ramiro Mollá Sanz.
According to the Naval Intelligence Report,
Sandino wrote: “‘The coming of Ramiro
Mollá Sanz to our Cuartel General was not
accidental’ —was the first sentence which was
written then continued to say that he brought
greetings from their Hispano brothers.”
According to the AP newspaper story, “In the
Molla Sanz travel book, Sandino wrote sentiments
which hailed the explorer as a brother and
kindred spirit, and added: ‘Spain and
Spanish America will yet communize the world.’”
Spain occupied a special place in Sandino’s
construction of the “Indo-Hispanic Race,” and it
is likely that he did indeed see a “kindred
spirit” in the Spanish adventurer, even as his
troops were killing all US citizens they
encountered, and German Moravian missionaries
like Otto Bregenzer.
||
(c) El Indo-Hispanicismo
transnacional de Sandino. En
ambos casos, los hombres a los que Sandino lo
clasificaría como “indo-hispano” fueron acogidos
en campamentos de Sandino, así como a otros
extranjeros, especialmente los norteamericanos
se les niega el permiso para entrar o son
matados por el EDSN. El episodio ofrece una
ilustración poderosa de la solidaridad
internacional que Sandino y su causa eran
capaces de ganar una gran parte del mundo
atlántico. Que los sandinistas reciban en sus
campamentos dos aventureros errantes
hispanohablantes dice mucho acerca de la
inclusividad transnacional de esta rebelión
campesina nacionalista – no tan diferente de los
republicanos españoles en la guerra civil
española, más adelante en la década, o de la
Revolución Sandinista medio siglo más tarde. Hay
varias versiones de lo que Sandino escribió en
el “libro de firmas” de Ramiro Mollá Sanz. Según
el informe de inteligencia Naval, Sandino
escribió: “‘La llegada de Ramiro Mollá Sanz a
nuestro Cuartel General no fue por casualidad –
” fue la primera frase escrita, luego continuó
diciendo que él trajo saludos de sus hermanos
Hispanos.” Según el artículo periodístico de AP,
“En el libro de viajes Mollá Sanz, Sandino
escribió sentimientos que saludaron el
explorador como un hermano y alma gemela, y ha
añadido: ‘España y la América española aún
tienen que comunizar el mundo’.” España ocupa un
lugar especial en la construcción de Sandino
sobre la “raza indo-hispano”, y es probable que,
efectivamente, vio un “alma gemela” en el
aventurero español, incluso cuando sus tropas
estaban matando a todos los ciudadanos
estadounidenses que encontraron, y los
misioneros moravos alemanes como Otto Bregenzer.
2.
Differences. The
differences between these two episodes are more
striking and suggest some of the ways that the
situation in Nicaragua had changed in just three
short years. Among the most prominent of
these differences:
||
2.
Diferencias. Las
diferencias entre estos dos episodios son más
notables y sugieren algunas formas en que la
situación en Nicaragua había cambiado en
solamente tres cortos años. Entre los más
destacados de estas diferencias:
a) Manner of Entering
Nicaragua and Encountering Sandino’s Troops.
In late 1927, Flores
happened to stumble into Sandino’s troops.
As Flores told it, the encounter was entirely
unplanned and serendipitous. Mollá Sanz,
on the other hand, entered Nicaragua more than
three years later in a very different
political-military context. The situation
was far more dangerous, and simply stumbling
into Sandino’s troops was no longer an option.
The evidence suggests that Mollá Sanz arranged
his journey into Nicaragua with Sandinista
agents in Danlí, Honduras, before he set foot in
Nicaragua. During this period Danlí was a
hotbed of Sandinista intrigue, with numerous
EDSN agents stationed in the town. General
Francisco Estrada, mentioned in the May 1931
Naval Intelligence Report, was in Danlí during
this period being treated by doctors for ulcers,
according to Sandino. All of this strongly
suggests that Ramiro Mollá Sanz arranged with
Sandinista agents in Danlí to have EDSN soldiers
escort him to Sandino’s camp, at that time near
the Río Cuá deep in the interior.
||
a) Manera de entrar a Nicaragua y
encontrar las tropas de Sandino.
A finales de 1927, Flores pasó a tropezar en las
tropas de Sandino. Como dijo Flores, el
encuentro fue totalmente imprevisto y fortuito.
Mollá Sanz, por otro lado, entró Nicaragua más
de tres años después, en un contexto
político-militar muy diferente. La situación era
mucho más peligroso, y simplemente tropezar con
las tropas de Sandino ya no era una opción. La
evidencia sugiere que Mollá Sanz arregló su
viaje a Nicaragua con agentes sandinistas en
Danlí, Honduras, antes de poner un pie en
Nicaragua. Durante este período, Danlí era un
hervidero de intriga sandinista, con numerosos
agentes EDSN estacionadas en la ciudad. El
General Francisco Estrada, mencionado en la
informe de inteligencia Naval de mayo de 1931,
estaba en Danlí durante este período porque
estaba siendo tratado por los médicos para las
úlceras, según Sandino. Todo esto sugiere
fuertemente que Ramiro Mollá Sanz arregló con
agentes sandinistas en Danlí para que los
soldados del EDSN le escoltan al campamento de
Sandino, en ese momento cerca del Río Cuá, muy
en el interior.
b) Liberals, Conservatives,
and Civil War. In Flores’
account we see the tumultuous aftermath of the
1926-27 Civil War between Liberals and
Conservatives, with the Chamorrista
Conservativees still in power and the US Marines
stationed mainly in the Pacific Coast region. Three years later, things had changed
significantly. In Mollá Sanz’s accounts,
Chamorro and the Chamorristas are not mentioned
and play no role. By early 1931, the Guardia
Nacional and US Marines had eliminated the
Chamorrista threat, and the Liberal-Conservative
conflict had been superseded by the fight
between the Marines-Guardia and the Sandinistas.
||
b) Liberales, Conservadores, y la
Guerra Civil.
En el relato de Flores, vemos las
consecuencias tumultuosa de la Guerra Civil de
1926-27 entre liberales y conservadores, con los
Chamorristas todavía en el poder y los marinos
norteamericanos estacionados principalmente en
la región de la Costa Pacífica. Tres años
después, las cosas habían cambiado
significativamente. En los relatos de Mollá
Sanz, Chamorro y los chamorristas no se
mencionan y no juegan ningún papel. A principios
de 1931, la Guardia Nacional y los marinos
norteamericanos habían eliminado la amenaza
Chamorrista, y el conflicto entre liberales y
conservadores habían sido sustituido por la
lucha entre los Marines-Guardia y los
sandinistas.
c) Intelligence Gathering by Both Sides.
Flores’s encounter with the Sandinistas was not
only serendipitous but carried no further
implications; the rebels did not use him to
gather information, and he was not detained by
the Marines or Guardia after leaving Sandino’s
camp and continuing his journey north.
Mollá
Sanz had a very different experience. He not
only had to prearrange his entry into Nicaragua,
but both the Sandinistas and the Marines-Guardia
tried to pump him for information. According to
the May 13 Naval Intelligence Report, Sandino
sought to use Mollá Sanz to monitor and report
back on the EDSN troops in the lower Río Coco. After leaving Nicaragua,
Mollá Sanz was
interviewed by the US Office of Naval
Intelligence and milked for information about
the rebels – their locations, arms and
ammunition, future plans, and so on. The
difference illustrates, among other things, how
the conflict had transformed, sharpened, and
polarized in three short years. ||
c) Recopilación de inteligencia por
los dos lados. El encuentro
de Flores con los sandinistas fue totalmente
casual y sin más implicaciones. Los rebeldes no
lo utilizaron para recopilar información, y él
no fue detenido por los Marines-Guardia después
de dejar el campamento de Sandino y continuar su
viaje hacia el norte. Tres años después, Mollá
Sanz tuvo una experiencia muy diferente. Él no
sólo tenía que organizar de antemano su entrada
en Nicaragua, sino tanto los sandinistas como
los Marines-Guardia trataban de sonsacarle
información. Según el informe de inteligencia
del 13 de mayo, Sandino trataba de utilizar
Mollá Sanz para monitorear e informar sobre las
tropas EDSN en la parte baja del Río Coco. De
hecho, parece claro que el viaje de Mollá Sanz
abajo del Río Coco era autorizado por Sandino y
que él era comisionado para servirlo como un
especie de espía o informante. Después de salir
de Nicaragua, Mollá Sanz fue entrevistado por la
Oficina de Inteligencia Naval y ordeñado para
obtener información sobre los rebeldes – sus
localizaciones, sus armas y municiones, sus
planes pare el futuro, y así sucesivamente. La
diferencia ilustra, entre otras cosas, cómo el
conflicto se había transformado, afilado, y
polarizado en tres años cortos.
d) Conflicts Internal to the EDSN.
Flores did
not mention any conflicts internal to the EDSN.
Mollá Sanz, on the other hand, emphasized (to J.
A. Fagot) that Sandino expressed considerable
concern about maintaining his authority and
control over his troops on the Lower Río Coco,
and asked Mollá Sanz to act as a kind of
internal spy and report back to him on the
activities of his troops (“Sandino directed Sanz
to keep an eye on Blandon and Cockburn and
Rivera, during the course of their operations in
the Coco River and near Puerto Cabezas”). By
early 1931, the rebellion had expanded
significantly, and Sandino was compelled to
spend considerable time and effort smoothing
over conflicts between his officers, imposing
his authority, and maintaining control over
rebel bands stretching from one side of
Nicaragua to the other. In short, both sides
sought to use Mollá Sanz to gain valuable
intelligence, and both partially succeeded. The
case of Ramiro Mollá Sanz demonstrates, among
other things, that by 1931 there was, and could
be, no “neutral” ground in this fight, and that both
sides sought to utilize whatever resources they
could to gain advantage over their adversaries.
||
d) Conflictos internos al EDSN.
Flores no mencionó los conflictos internos a la
EDSN. Mollá Sanz, por su parte, hizo hincapié en
(a J. A. Fagot) que Sandino expresaba gran
preocupación por mantener su autoridad y control
sobre sus tropas en el Río Coco abajo, y pidió a
Mollá Sanz para actuar como una especie de espía
interno e informarle sobre las actividades de
sus tropas (“Sandino dirigió a Sanz para
mantener un ojo en Blandon y Cockburn y Rivera,
durante el curso de sus operaciones en el Río
Coco y cerca de Puerto Cabezas”). A principios
de 1931, la rebelión se había ampliado
significativamente, y Sandino fue obligado a
gastar mucho tiempo y esfuerzo para suavizar los
conflictos entre sus oficiales, imponiendo su
autoridad y mantener el control sobre las bandas
de rebeldes que se extiende desde un lado de
Nicaragua a la otra. En definitiva, ambos lados
trataban de utilizar a Mollá Sanz para ganar
información de inteligencia valiosa, y ambos lo
lograron parcialmente. El caso de Ramiro Mollá
Sanz demuestra, entre otras cosas, que en 1931
no había, y no podría haber, terreno “neutral”
en esta lucha, y los dos lados trataban de
utilizar cualquier recurso que pudieron para
ganar ventaja sobre sus adversarios.
In the end, these documents
raise far more questions than they answer,
including: ||
Al final,
estos documentos plantean más preguntas que
respuestas, que incluyen:
•
What happened to the “autograph books”
of Augusto Flores and Ramiro Mollá Sanz?
||
¿Qué pasó con los “libros de autógrafos”
de Augusto Flores y Ramiro Mollá Sanz?
•
How long did Mollá Sanz spend with
Sandino’s men? The Estampa
article doesn't say; the AP story says he spent three weeks
in Sandino’s main camp; the Marston Intelligence
Report says he spent two and one-half days. How
long was he in Nicaragua, where was he, and who
did he meet, in addition to those mentioned in
these sources?
|| ¿Cuánto
tiempo pasó Mollá Sanz con los hombres de
Sandino? El artículo en
Estampa no dice; el relato de AP dice que
pasó tres semanas en el campamento principal de
Sandino; el informe de inteligencia de Marston
dice que pasó dos y medio días. ¿Cuánto tiempo
estuvo en Nicaragua, donde estaba, y quién
conoció, además de los mencionados en estas
fuentes?
• Why does neither name (Augusto Flores
and Ramiro Mollá Sanz) appear in any extant
EDSN correspondence?
||
¿Por qué ni nombre
(Augusto Flores y Ramiro Mollá Sanz) no aparece
en toda la correspondencia existente del EDSN?
•
Did Mollá Sanz ever write the book he
was contemplating? Did he produce any
other works?
|| ¿Escribió
Mollá Sanz el libro que estaba
contemplando? ¿Se produjeron otras obras?
•
Regarding the Estampa article,
what was happening in Spain at the time that might prompt the editors to
publish the article? We know that in April
1931 the Spanish monarchy was forced by popular
protests to accept a constitutional republic,
thus dampening press
censorship and making possible
sympathy-garnering articles like Mollá Sanz's.
In these years before the Popular Front strategy
of the European left (in response to the growth
& consolidation of fascism), invisible bonds of
ideological affinity brought together Europeans,
Africans, and Americans in new and potentially
subversive ways. || En
relación con el artículo en
Estampa, ¿lo que
sucedía en España en el momento que
pudiera incitar a los editores a publicar este
artículo sobre Sandino? Sabemos que en abril de
1931 la monarquía española se vio obligada por
las protestas populares a aceptar una república
constitucional, aligerando así la censura de
prensa y haciendo posibles artículos
propagandistas como el de Mollá Sanz. En estos
años, antes de la estrategia del Frente Popular
de la izquierda europea (en respuesta al
crecimiento y consolidación del fascismo), lazos
invisibles de afinidad ideológica reunieron los
europeos, africanos y americanos en formas
nuevas y potencialmente subversivas.
•
To what extent were the allegations of
J. A. Fagot regarding Abraham Rivera, Adolfo
Cockburn, and other Sandinista leaders accurate?
This leads us into many related lines of inquiry
beyond the scope of this little essay – although
it does appear that Fagot was very well informed
about the main events and principal people
involved.
|| ¿Hasta
qué punto eran las alegaciones de J. A. Fagot
respecto a Abraham Rivera, Adolfo
Cockburn, y otros dirigentes sandinistas exactas
y fiables? Tales preguntas se llevaría muchas
líneas de investigación afines más allá del
alcance del ensayo presente – aunque sí parece
que Fagot estaba muy bien informado sobre los
eventos y las personas principales.
In sum, these two forgotten episodes deserve to
be rescued from the dustbin of history, and
suggest some of the principal ways that the
political and military landscape in Nicaragua
had changed in the three short years from late
1927 to early 1931. Readers with additional
insights into these episodes or the many
questions they raise are encouraged to be in
touch.
|| En
suma, estos dos episodios olvidados
merecen ser rescatados de la obscuridad de la
historia, y sugieren algunas de las principales
formas en que el panorama política y militar
nicaragüense había cambiada en solamente tres
años desde finales de 1927 hasta principios de
1931. Los lectores con interpretaciones o puntos
de vista diferentes sobre estos episodios y las
preguntas que se los plantean, o más información
sobre los caballeros andantes Augusto Flores y
Ramiro Mollá Sanz, se les anima a ponerse en
contacto con el aut
POSTSCRIPT.
The page concludes with an expression
of gratitude to Sra. Yolanda Mas Rivas, who
found this web page, sent me a message, and
after some correspondence, in April 2016 sent
the wonderful photograph of her ancestor Ramiro
Mollá Sanz, reproduced below.
|| POSDATA.
Esta página concluye con una expresión
de agradecimiento a la Sra. Mas Yolanda Rivas,
quien encontró esta pagina web, envió un email,
y después de un intercambio de correspondencia,
en abril de 2016 amablemente envió al fotografía
maravillosa de su antecesor Ramiro Mollá Sanz,
que se reproduce a continuación.
The text here is transcribed below:
"Después de haber
recorrido toda América, desde Alaska a
Cabo de Horn, o sea toda América del
Norte, Central y del Sur, se propone
ahora visitar toda España, en viaje de
comparación en pro del Turismo Español,
al mismo tiempo darí conferencias
culturales a los niños de las Escuelas.
Ultimamente ha recorrido las Islas
Canarias.
"Ha convivido con las tribus indígenas de América a
través de las diferentes selvas que
pueblan todos esos países. Fué
prisionero de las fuerzas sandinistas,
estando a punto de tomarlo por
norteamericano y habia de ser
decapitado; una vez identificada su
persona fué declarado huésped de honor
de las fuerzas que acaudillaban el
rebelde nicaragüense.
"A su paso por SAN LORENZO DE ESCORIA (Madrid, ha dado
detalles de . . . "
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It is
fascinating to learn, after writing
this essay, that Mollá Sanz's own account
directly contradicts one of my interpretations:
that he arranged for passage to Las Segovias
from Danlí, and was safely escorted to Sandino's
camp. Here he says he was taken prisoner,
mistaken for a North American, and almost decapitated before being welcomed as
a "guest of honor". So maybe he did simply
stumble into one of Sandino's camps, even though
that still seems pretty unlikely in early 1931 .
. . . I wonder . . . .
Photograph of Ramiro Mollá Sanz thanks to the
kind courtesy of Yolanda Mas Rivas de España.
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